DEVOCIONALES

Cuando el filisteo se acercó para atacarlo, David también corrió hacia él y, sacando una piedra de su bolsa, disparó su honda y le pegó al filisteo en plena cara. La piedra se le clavó en la frente, y el filisteo cayó de cara al suelo. (1Samuel 17:48-49)

Hagamos una lista de todo aquello que quiere arruinarnos la vida y que nos parece imposible vencer. Pidámosle a Dios por ello, busquemos en la Biblia qué dice él y, como David, derribemos a nuestros “gigantes” poniendo toda la confianza en Dios.

GIGANTES

Cuando el filisteo se acercó para atacarlo, David también corrió hacia él y, sacando una piedra de su bolsa, disparó su honda y le pegó al filisteo en plena cara. La piedra se le clavó en la frente, y el filisteo cayó de cara al suelo. (1Samuel 17:48-49)

Hay muchos “gigantes” dando vueltas por la vida. Intentan asustarnos, derribarnos… ¡hacer que bajemos los brazos y escapemos sin enfrentar los desafíos!

El “gigante” de la duda quiere hacernos creer que no podremos conseguir lo que nos hemos propuesto. Se acerca y nos dice al oído: “¡Tú no eres capaz! ¡No tienes lo que hace falta para lograrlo!”

El “gigante” de los complejos es un experto en recordarnos los defectos, diciéndonos: “¡Qué sabes tú de la vida! ¡Si apenas eres un jovencito sin experiencia! Hazte a un lado y cede tu lugar a los mejores.”

El “gigante” del miedo intenta paralizarnos para que nos quedemos allí donde estamos, quietecitos y sin movernos. Quiere convencernos de que es mejor no arriesgarse.

El “gigante” de la amargura trata de convertirnos en personas tristes y enojadas. Que no creamos en Dios ni en nadie. ¡Es un experto en recordarnos las cosas malas que hemos hecho!

¿Cuáles son tus “gigantes”?

Dios quiere que pongamos nuestra confianza en él y creamos lo que la Biblia dice de nosotros. Dios estará a nuestro lado para ayudarnos a derrotar aquello que quiere destruir nuestra vida y nos ayudará a alcanzar el éxito. ¡Una vida victoriosa!

Hagamos una lista de todo aquello que quiere arruinarnos la vida y que nos parece imposible vencer. Pidámosle a Dios por ello, busquemos en la Biblia qué dice él y, como David, derribemos a nuestros “gigantes” poniendo toda la confianza en Dios.