En algunos países, donde no han leído la Biblia y no saben mucho de Dios, hay muchas personas que piensan que hay varios dioses. Algunas creen que hay dos; otras, que hay en cuatro; y hay quienes piensan que los dioses son cien o más.
En algunos lugares creen que el Sol es un dios y que también la Luna lo es. Por eso se inclinan delante de ellos y a veces oran al Sol pidiéndole que los cuide y ayude. ¿Puede ayudarnos el Sol o la Luna? No, porque no tienen vida; no son personas para que puedan ayudarnos. Tanto el Sol como la Luna son cosas que Dios ha hecho para darnos luz y calor, y para que nos gocemos con ellos. No son dioses, sino que Dios es quien los hizo. No debemos orar a las cosas que Dios ha hecho, sino solamente a Dios mismo.
¿Debemos dirigir nuestras oraciones a los ángeles? ¿Son dioses? No, los ángeles son seres mismo, donde no podemos verlos; pero no debemos dirigir nuestras oraciones a ellos. Los ángeles no son dioses; son ayudantes de Dios, y es para eso que Dios los hizo.
Los ángeles aman a Dios, y hay tantos que ni siquiera podemos imaginar cuantos son. La mayor parte de ellos están en el Cielo dando gracias y alabando a Dios, y diciéndole lo contentos que se sienten de poder servirle.
¿Hay en el Cielo otros dioses aparte de nuestro Dios? No. Dios ha hecho todo lo que hay, y El no hizo a ningún otro dios. Esa es la razón por que Él está enojado con los que oran a otra persona alguna aparte de Él. También está enojado con los que prefieren cualquier otra cosa en vez de amarle a Él.
Nosotros debemos amar a Dios aún más que amamos a mamá, o a papá o las muchas cosas buenas que tenemos. Dios nos dio los padres y las cosas buenas. Debemos, pues, amar a Dios más que todo.
Un día un ministro quiso saber si una niña había entendido que hay solamente un Dios. Le pregunto: - “Catalina, ¿cuantos dioses hay?”
-La niña le respondió: “Hay solamente uno”
“¿Y cómo lo sabes?”
“Porque”, contesto la niña, “solamente hay lugar para un solo Dios. El llena el Cielo y la tierra.”
Y aquella niña tenia razon
Nuestro Padre celestial, te damos gracias porque Tu eres el único y solo Dios. Que Tu eres más grande que cualquier otra cosa de arriba en el Cielo o abajo en la tierra. Ayúdanos a amarte con todo nuestro corazón y a servirte solamente a Ti. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amen.
¡Gloria a Dios en las alturas,
¡Que mostro su gran amor!
Dando a humanas criaturas
Un potente Salvador
Con los himnos de los santos
Hagan coro nuestros cantos
De alabanza y gratitud
Por la divina salud,
Y digamos a una voz:
¡En los cielos gloria a Dios!